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El IFCI: entre los eslabones de la producción artística y la garantía de la libre creación

Jorge Carrillo Grandes en la Feria de Arte y Creación Emergente

El Director Ejecutivo del Instituto de Fomento a la Creatividad e Innovación (IFCI), Jorge Carrillo Grandes, participó como tallerista y panelista en La Feria de Arte y Creación Emergente, organizada por el Proyecto CONEQTA, en coordinación con El Centro para la Transferencia del Conocimiento y la Innovación Social (CETCIS) de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) y la Secretaría de Cultura de Quito. 

La feria se realizó el 5 y el 6 de abril en la PUCE; asistieron estudiantes de arte, diseño y arquitectura, artistas de distintas disciplinas, gestores culturales, empresarios y funcionarios públicos. Fue un encuentro abierto, con diferentes exposiciones, talleres y conversatorios, en los cuales, Jorge Carrillo, uno de los invitados a este encuentro, dio una amplia exposición sobre las líneas de trabajo y gestión que el IFCI realizará en el 2024 y 2025. 

Inicialmente, la exposición se centró en exponer la labor del IFCI mediante un análisis conceptual que permitió al público reconocer la dimensión del trabajo que implica la gestión pública de los fondos de fomento. Para ello, Carrillo estableció antecedentes del contexto histórico, a fin de reconocer el desarrollo institucional del IFCI, los cambios de la gestión institucional a través del tiempo, en sus límites y aciertos; y de esa manera, habló de la importancia de esta institución pública en beneficio del arte y la cultura del país.  

En ese sentido, se establecieron algunos criterios para que el público pueda distinguir cómo se estructura la gestión del IFCI. Carrillo mencionó que por una parte existe un tipo de fomento financiero, que trata de la asignación de fondos no reembolsables mediante concursos públicos. A la vez, resaltó que existe un tipo de fomento no financiero que realiza el IFCI y que responde a otros procesos: a la generación de alianzas, acuerdos, compromisos y acciones en beneficio del sector de las artes y la cultura del Ecuador, que no responden netamente a la lógica de los concursos. Distinguir, con esas puntualizaciones, la labor del IFCI, permitió al público adentrase en la gestión de esta institución pública, más allá del trabajo ligado solamente al financiamiento por concursos.

Dicha aclaración amplió la perspectiva de la discusión hacia otros campos de la gestión institucional y permitió hacer un acercamiento a los criterios conceptuales que definen las acciones de IFCI con los sectores de las artes y la cultura, desde un análisis compresivo sobre las dinámicas de la producción artística que realizan los usuarios de los concursos.  

En ese marco, Carrillo reflexionó sobre el proceso económico que tiene la labor del artista, e invitó al público a pensar en los eslabones de la producción que definen la cadena de valor de las artes. Es importante mirar cómo funciona la cadena de valor en el trabajo de los artistas en el país, y de esa forma establecer las conexiones de oferta y demanda de sus procesos de gestión. En consideración a eso, nosotros abordamos la gestión pública, planteamos las líneas del financiamiento de los concursos, desde los eslabones de la cadena productiva que definen las fases de la gestión cultural y su funcionamiento a nivel económico.  

Jorge Carrillo enfatizó el criterio de que en toda creación artística existen fases del trabajo que no siempre son reconocidos por los mismos artistas o gestores. En primer lugar, es importante mirar que hay una fase inicial de la producción artística, la investigación, que define las ideas del proyecto. Lo cual conlleva al inicio de otra fase del trabajo, relacionada con la creación y producción; en esta etapa, el artista establece las necesidades de la obra, reconoce los recursos con que cuenta o requiere: recursos materiales y humanos, sus rubros y presupuesto, la pragmática para dirigir su trabajo. Posteriormente, surge otra fase del proceso que define las actividades en relación con la promoción/difusión del trabajo. El gestor elabora las estrategias de comunicación, piensa en las maneras de promoverlo, difunde el proyecto para alcanzar a su audiencia, este trabajo impulsa el proceso a otra fase que concentra el trabajo en la distribución y circulación del proyecto. Así, el artista se ve en la necesidad de crear alianzas, redes de colaboraciones o de financiamiento, que ayudan a solventar los rubros que implica el proyecto. Finalmente, el proceso se asienta en la fase de comercialización, en hacer cuentas, en definir ganancias y gastos.   

La discusión que surgió de la charla abrió una serie de cuestionamientos y posiciones que enriquecieron la exposición de Jorge Carrillo. Pensar en la necesidad de una gestión basada en procesos, nos permite, como artistas y gestores, establecer y distinguir el trabajo y sus funciones. Es fundamental reconocer que el trabajo del artista es un proceso económico y eso implica aprender a valorar el tiempo invertido. Los artistas o gestores debemos pensar que los proyectos requieren de un proceso para delegar funciones, que nos ayuden a dispersar la carga de trabajo que asumimos, y así establecer una organización del trabajo más funcional y pragmática que nos ayude también a crear una óptima organización financiera. Lamentablemente existe un desconocimiento en los sectores de las artes y la gestión cultural de cómo funciona la cadena de valor en la producción artística; por ello, en el IFCI tenemos planeado realizar acciones que nos ayuden a fortalecer esas capacidades. 

Adicionalmente, la charla abrió otro tema de suma importancia: la descentralización del acceso a los fondos públicos. En ese sentido se destacó la importancia de crear alianzas con diferentes actores. En esta etapa, el IFCI planea reunirse con representantes de universidades, institutos y centros educativos, públicos y privados, y con voceros de organizaciones de la sociedad civil y colectivos. En esas relaciones se pretende ampliar el acceso a los fondos públicos a nivel nacional y se busca ampliar la difusión del trabajo que realiza la Institución. Reconocemos que la centralidad del acceso a los fondos públicos de los concursos se concentra en Pichincha, por ciertas capacidades y/o destrezas que tienen la ciudadanía en la capital. Frente a eso, hemos planteado una estrategia de gestión importante, para crear alianzas y redes colaborativas que incluyan a la academia y organizaciones sociales y culturales. Una parte de nuestra labor es democratizar el acceso a los concursos públicos.  

Además, la dinámica del diálogo permitió aclarar aspectos de las funciones del IFCI como entidad financista; sobre todo, respecto de los criterios que existen para la selección de los proyectos ganadores. En ese sentido, Jorge Carrillo mencionó que los proyectos ganadores no son seleccionados desde parámetros estéticos universalistas. Nosotros garantizamos la libre creación. Lo que evaluamos es la coherencia que tiene un proyecto concursante, en cuanto a sus objetivos, planes de trabajo y organización financiera.  

En ese marco, se planea realizar talleres y ventanas abiertas, para fortalecer las capacidades de los concursantes, tomando como referencia la plataforma de postulación, un espacio que está diseñado para que gestores y artistas sinteticen pragmáticamente las etapas de organización de su proyecto. 


 

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