Una ordenanza para el Fomento de las Artes y la Cultura de Ambato, activa el apoyo interinstitucional del IFCI y la CCE

El 23 de enero de 2025, funcionarios del GAD Municipal de Ambato se trasladaron a Quito para participar en una reunión interinstitucional con el Instituto de Fomento a la Creatividad y la Innovación y la Sede Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. En el encuentro se presentó la Ordenanza de Fomento de las Artes, la Cultura y la Innovación del Cantón de Ambato, y se discutieron sus objetivos, alcances, principios y ámbitos de trabajo, a fin de establecer una hoja de ruta que asegure su correcta aplicación.
En la reunión participaron Jorge Carrillo Grandes, Director Ejecutivo del Instituto de Fomento a la Creatividad y la Innovación, Fernando Cerón, Presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, quien asistió acompañado de una comitiva compuesta por diversas autoridades del ámbito jurídico y técnico. En representación del GAD Municipal de Ambato, estuvo presente Darío Núñez, Analista de Patrimonio Cultural, acompañado de dos funcionarios de las áreas administrativa y financiera.
En primer lugar, se llevó a cabo una exposición de la Ordenanza Municipal. Darío Núñez, funcionario del GAD Municipal de Ambato, tomó la palabra y expuso las motivaciones que dieron origen a esta normativa.
“La imperante necesidad de construir un cantón culturalmente creativo, productivo y democrático nos llevó a buscar estrategias para materializar un proceso destinado a fortalecer la gestión municipal en el ámbito de la cultura. Revisamos con detenimiento el trabajo que realiza el IFCI e interpretamos, conforme a nuestras realidades, sus procedimientos técnicos y jurídicos. Elaboramos un documento que facultará a la municipalidad para planificar y gestionar la cultura del cantón, en colaboración con sus artistas y gestores culturales”, comentó Darío Núñez.
En este marco, y amparados en las disposiciones jurídicas de la Constitución de la República del Ecuador, así como en las leyes y artículos de la Ley Orgánica de Cultura y en la Declaración Universal de Derechos Humanos, además de la Declaración Universal de UNESCO sobre la Diversidad Cultural, la Ordenanza tomó forma y se consolidó como una herramienta fundamental para el desarrollo del fomento cultural del Cantón. Este proceso, según Darío Núñez, se extendió durante tres años e incluyó la elaboración de un diagnóstico exhaustivo sobre las artes y la cultura en Ambato.
A partir de esta contextualización, el representante del GAD de Ambato ofreció una síntesis comprensiva de los tres títulos que componen la Ordenanza: I. Generalidades; II. De los fines, principios, derechos, atribuciones y obligaciones culturales; y III. Fortalecimiento del Talento Humano en Cultura.
A decir del funcionario, los títulos fueron elaborados mediante un proceso de análisis que se llevó a cabo en diversas mesas de trabajo, lo que permitió establecer un desarrollo coherente con el Plan Cantonal de Cultura a través de asambleas que fomentaron la participación ciudadana. La relevancia de este procedimiento radica en su capacidad para generar distintos insumos que alimentarán planes, programas y proyectos.
Por otro lado, en el transcurso de la exposición, Núñez abordó las dificultades que el avance de la Ordenanza ha suscitado dentro de la institucionalidad del GAD de Ambato. Este asunto resulta crucial para todo el Sistema Nacional de Cultura, dado el profundo desconocimiento de la Ley Orgánica de Cultura que persiste a nivel institucional, especialmente en relación con la categoría que define el fomento: “una noción que impacta directamente en los procedimientos jurídicos y financieros de las instituciones. En este contexto, creamos el título III de la Ordenanza, que contempla el fortalecimiento del Talento Humano en la municipalidad, con el objetivo de establecer un lenguaje común y una terminología precisa que facilite el desarrollo del fomento en el cantón”, mencionó Núñez.
En ese sentido, Jorge Carrillo Grandes, puso énfasis en la necesidad de entrelazar la institucionalidad del Sistema Nacional de Cultura y compartió algunas experiencias de este proceso.
Algunos GADs ya cuentan con una ordenanza de fomento a las artes y la cultura, como Manta y Portoviejo, y otros están en proceso de alcanzar ese objetivo, como el GAD de Cuenca. Sin embargo, en todas esas experiencias hemos observado que los funcionarios tienen dificultad para comprender las diferencias entre la concepción del Fomento y lo que son las compras públicas. La claridad de esas definiciones debe considerarse desde la operatividad de un reglamento, en el caso del GAD de Ambato: con esta Ordenanza, justamente, para evitar esas divergencias en las áreas jurídica y financiera, mencionó Carrillo.
Adicionalmente, el Director Ejecutivo del IFCI, puso sobre la mesa una reflexión importante en relación al presupuesto anual de las Instituciones. Es importante reconocer que, desde la lógica del Fomento, el presupuesto anual permite, según lo financiado, proyectar el recurso a lo largo del tiempo, sin agotarlo al final del año, porque los fondos no están atados a las necesidades de las compras públicas, en las cuales, el presupuesto que las instituciones no utilizan tiene que ser devuelto.
Por otra parte, el aporte de Carrillo se centró en reflexionar sobre las diferencias que existen entre el fomento financiero —realizado a través de concursos públicos— y el fomento no financiero. En este último, las instituciones deben construir un proceso de relacionamiento con el sector, donde es imperioso tejer redes de colaboración y organización que fortalezcan, desde los propios artistas y gestores culturales, la institucionalidad. Se reconoce, así, una interdependencia entre ambos aspectos de la gestión institucional, que se alimentan mutuamente y crean, como consecuencia, un proceso permanente de transformación que beneficia tanto a la institución como al sector.
A su vez, Xavier Cevallos Perugachi, Director de Fomento Artístico y Cultural de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, planteó: “Es importante preguntarnos, ¿cómo romper la discrecionalidad en el acceso a los fondos públicos desde las instituciones? Y, al mismo tiempo, responder a la interrogante de cómo vamos a sustentar la firma del funcionario que se responsabiliza de esos fondos”. Estas inquietudes fueron formuladas con el propósito de reflexionar sobre el proceso de aprovechamiento de los bienes de servicio público de la municipalidad de Ambato, un asunto que se incluye en el título III de la Ordenanza.
En este sentido, la discusión se centró en la ocupación del espacio público, especialmente a la luz de la experiencia de la Sede Nacional de la Casa de la Cultura, que, desde su última administración, ha iniciado un proceso de regularización de diversos espacios culturales dentro de su infraestructura. Esta cuestión guarda especial relevancia para el GAD de Ambato, que deberá emprender un proceso similar con la nueva Ordenanza, abarcando el catastro, la actualización y la regularización de los bienes muebles e inmuebles de servicio público.
Frente a esta inquietud, surgió una pregunta fundamental desde la experiencia de los funcionarios de la Casa de la Cultura: ¿la entrega de los espacios es de largo o corto aliento? En lo que respecta a esta cuestión, se observó que, en el caso particular del GAD de Ambato, se trata de un proceso de regularización de espacios desocupados, lo cual constituye una ventaja frente a la situación de la Casa de la Cultura, donde persiste una problemática latente de ocupaciones que dificulta dicha regularización.
Al mismo tiempo, se hicieron patentes ciertas recomendaciones generales que sugirieron concentrar esfuerzos en el reconocimiento de las capacidades del GAD de Ambato para administrar los espacios públicos. Una vez realizado el catastro, los funcionarios de la Casa de la Cultura propusieron identificar el eslabón de la cadena de valor susceptible de ser fomentado, de acuerdo con la condición de las infraestructuras. En simultáneo, se sugirió observar si la municipalidad tiene las capacidades para gestionar estos procesos, los cuales podrían no solo generar ingresos para el Estado, sino también subvencionar el trabajo y la gestión de artistas y gestores culturales.
Finalmente, la reunión dejó abierta la necesidad de fortalecer las relaciones interinstitucionales, y se generaron compromisos por parte del IFCI y la CCE para trabajar en beneficio de la operatividad de la Ordenanza que deberá ejecutar el GAD de Ambato.
Jorge Carrillo Grandes, Director del IFCI, se comprometió en apoyar al GAD de Ambato para el fortalecimiento de las capacidades de los funcionarios en materia de fomento de las artes y la cultura; a su vez, Fernando Cerón extendió su compromiso de apoyar en los aspectos técnicos de la regularización de los bienes de servicio público.
